Sverige, varför inte?

Suecia, ¿por qué no?
Estamos siempre mirando nuestro propio ombligo, cuando los otros son tan interesantes...

jueves, 27 de marzo de 2008

Angelit@s

No hace mucho, la liberación sexual consistía en algo que hoy nos resultaría más bien pacato. No es de extrañar en un país donde antes se despotricaba contra los bailes modernos, los bikinis o la melena de los chicos. Sorprendentemente y mal que les pese a los defensores del orden moral, ese que pasa por el cilicio como consolador de pasiones insanas y que se construye bajo el imperio del pecado, digo que la liberación sexual ha triunfado en nuestro país.
Claro, me refiero a la liberación sexual entendida como el libre disfrute del cuerpo. Pero creo que convendrán conmigo en que la liberación debe ser algo más, sobre todo teniendo en cuenta la de gente que aún sufre por cuestiones de sexo. Si miramos con cierto distanciamiento la realidad social, hay indicios que muestran la peligrosa deriva del cambio de la norma social en cuestión de sexo: por un lado, en contra de lo que pudiera pensarse, no ha habido una disolución paralela de los roles sociales asignados al hombre y a la mujer, es decir, de los roles de género; por otro lado, la evidencia del cada vez mayor número de embarazos adolescentes pone en cuestión la política preventiva: ¿qué está pasando?
Una aproximación a un diagnóstico de la situación podría ser que el tema del sexo o, mejor, de la sexualidad, se ha trivializado en exceso, sacándolo de su contexto, lo que equivale a decir que despojándolo de sus consecuencias1, algo muy en consonancia con lo que ocurre en todos los ámbitos donde el mercado ha sustituido a la sociedad como regulador de costumbres. Porque en esto, como en otras muchas cosas, no debiéramos engañarnos: el sexo es una mercancía más y, por tanto, sujeta a las leyes del mercado, que no ven con buenos ojos las cartillas de racionamiento, la escasez de oferta o las restricciones a la circulación de mercancía (por cierto: ni siquiera los medios afines a la iglesia católica han suscrito la iniciativa de suprimir los anuncios de prostitución en la prensa escrita: sólo 20 minutos, Público o Metro lo han hecho. Obras son amores...).
No quiero que se me entienda mal: no estoy abogando por una vuelta a costumbres retrógradas, simplemente creo que hay algo enfermizo en la forma en que el sexo es considerado socialmente; se mezcla todo: el sexo como mecanismo de reproducción, como fuente de placer, como interacción humana, como expresión del amor, como distinción de género o como mecanismo de dominación... Así como no parece probable -y menos aún deseable, si la alternativa es la clonación- prescindir de la mujer para la procreación en un futuro inmediato, si tiene cada vez menos sentido la función social del género o, más aún, cada vez es menos pertinente la etiqueta "sexo" como identificador social (ver foto). Quiero decir con esto que hay cuestiones que son muy difíciles de superar en el plano sexual, como es la necesidad de una hembra para tener hijos, pero otras no lo son. Por ejemplo: está por demostrar que -lejos de lo que yo considero mitos propagandísticos- sea necesario el rol de madre para la realización de la mujer o el buen desarrollo del bebé. Para esto último, basta con que se atiendan sus necesidades, especialmente las afectivas, para que se crie en buenas condiciones y eso es algo que no garantiza prácticamente ningún hogar hoy en día. Y sobre el mito de la mujer madre se pueden decir muchas cosa, como que fue potenciado en Estados Unidos (y ya sabemos que tarde o temprano lo que se fabrica allí nos acaba llegando) después de la segunda guerra mundial para volver a meter en casa a las mujeres que estuvieron trabajando durante la guerra...
El tema da para mucho, hay muchas cosas que se me quedan en el tintero, por el momento. Termino explicando, de alguna manera, el título de mi artículo.

Angelit@s. Sabemos que el ángel no tiene sexo, lo que, sospechosamente, le hace un ser divino frente al ser humano, cuya condición mortal aparece, por contra, ligada al hecho de estar sexuado. Triste condición, a menos que nos libremos de ella. Creo firmemente en un futuro sin sexos, donde no sea necesario declarar tu condición sexual (mujer, hombre, homosexual masculino o femenino, bisexual, transexual...) porque ello no aporte nada a tu condición superior de persona, como no lo hace declararse leonés, vallecano o español, pues, en contra de la aparente evidencia, no se ha descrito la esencia del ser leonés, vallecano o español porque, simplemente, no existe.


Según tengo entendido, algunos idiomas "importaron" la distinción de sexo, que no tenían, forzados por la presión del idioma de la metrópoli...


Para que se me entienda: l@s adult@s sabemos, o debiéramos saber, que el coito puede embarazar a la mujer. La mujer está en una evidente posición de inferioridad frente al hombre, algo que los anticonceptivos han paliado en parte, a costa de hacer recaer sobre ella la responsabilidad de utilizarlos, lo que se le niega no pocas veces, por no hablar de las restricciones al aborto...


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miércoles, 19 de marzo de 2008

Ortografías (2)

Yo tengo mi propia opinión sobre las dificultades que tiene una alumn@ en España para utilizar eficazmente el lenguaje y no tiene nada que ver con el esfuerzo o la disciplina, como claman los neofachas (algún día postearé sobre la estupidez, que, parece ser, es lo único que se reparte proporcionalmente entre toda la población). Se trata más bien de una cuestión de motivación: no hay más que ver la tele o darse una vuelta por el barrio o los hogares para darse cuenta el poco valor que se da en nuestro país a la expresión escrita...
Hace poco vi a una madre con unos cartoncitos en los que había escritas palabras en caracteres grandes. Me explicó que se trataba de un método para estimular el aprendizaje precoz de la lectura, que se basa en aparender la palabra completa, relacionándola con su significado, pues parece que esa es la forma más natural y fácil para hacerlo. Desconozco la teoría, pero eso me da pié a continuar con lo que expuse en mi post anterior, a propósito de la escritura de signos. Si, efectivamente, es más fácil aprender a leer utilizando la palabra completa, como si de un signo se tratara, que letra a letra o por sílabas, como yo aprendí en mi día, cabría extraer algunas conclusiones interesantes. Se suele decir que el vocabulario que manejamos habitualmente es muy pequeño, no me atrevo a dar una cifra, pero supongamos que en torno a las dos mil palabras. Luego con 2000 signos tendríamos suficiente... Recuerden que los chinos usan en torno a cinco mil. Cierto es que, gramaticalmente, el español es mucho más complicado que el chino o el japonés; sin embargo, merece la pena considerar por qué nos resulta tan difícil a l@s españoles hablar idiomas. Una razón podría ser, precisamente, la simplicidad fonética de nuestro idioma, pero me estoy yendo del tema. Como decía en el post anterior, la ortografía es una tortura y puede serlo por la forma en que se enseña a leer (y escribir). Una solución para este problema -aunque reconozco que utópica- sería adoptar la escritura china (aunque existe un precedente sobre la adopción de otra escritura para escribir en español: la aljamía). Una alternativa más factible sería simplificar la grafía del español (y, de paso, del resto de lenguas españolas: catalán, euskera o gallego, cuy@s estudiantes sufren por partida doble este problema ortográfico). Esto, que suena a herejía en este lado del atlántico, no supone mayor problema en el uso común del idioma en América (ver el discurso de García Márquez, no sólo por su contenido, sino por la forma en que está transcrito. Particularmente, se verá como en más de una ocasión sólo se usa un signo de admiración y no dos, de apertura y cierre, como se supone que es lo correcto).
Merece la pena leer esta propuesta: www.tiradecontacto.net/ortografia.html, por lo que tiene de explicativo sobre el porqué de determinados usos ortográficos en nuestra lengua (una especie de historia ortográfica). La mía es algo diferente, pues entre otras cosas creo que sería ampliable al resto de lenguas que se hablan en España, alguna de las cuales ya ha incorporado simplificaciones notables. Se trata de lo siguiente:
- Eliminar la v, salvo para los idiomas en que tenga un valor fonético distinto al de la b (el catalán, por ejemplo. En el euskera no existe)
- Eliminar la h: aunque hay lugares donde no es muda, pues tiene una ligera aspiración, son demasiadas las desventajas de mantenerla...
- "Especializar" la g y la j, cada una para un sonido. De esta forma, la g no precisaría de la u para representar los sonidos gue, gui, que se escribirían ge, gi, como en euskera, y sólo sería necesaria la u para cigueña, que ya se escribe así en muchas partes de América; y la j valdría para mujir, jemir... Alternativamente y con el fín de no producirle más quebranto a l@s estudiantes de catalán, se podría sustituir la j por la x, como en el castellano antiguo. Quizás de esta manera pronunciaríamos bien la palabra México... De esta manera, el sonido x se representaría como ks.
- Tomar una decisión sobre la ambivalencia de la letra c: como z o como q. "Kreo ke" lo mejor es suprimir la q y la c y dejar la k y la z, cada una para su sonido. De esta forma, kozer, zielo, keso...
- Sustituir la y vocal por la i, como en catalán. En cuanto a la y consonante, aunque el sonido es diferente al de la ll, podría utilizarse como ll también: "Yo la yamé i empezó a yober..."
- El sonido representado por la ñ castellana se escribe como nh en portugués, ny en catalán o in en euskera, vaya lío! Supongo que l@s nacionalistas de todo cuño pondrán el grito en el cielo, pero l@s estudiantes seguro que agradecerían poder escribir sólo la ñ...
Aí keda eso... Me gustaría expresar (ekspresar) un deseo: difundir por todo el territorio español las diferentes lenguas ke, por ablarse en España, merezen ser konsideradas españolas: gayego, katalán o euskera...

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Ortografías (1)

Otro de mis comecocos es la ortografía. No es que yo haya tenido más problemas que la mayoría al escribir, pero reconozco -y eso que no he estudiado francés- que es una tortura especialmente cruel para l@s estudiantes. ¡Ah!, y tampoco soy lingüista, así que puede que diga alguna tontería a partir de ahora, pero mi intención es sólo abrir un debate (o más bien reavivarlo, puesto que sobre este tema ya ha habido mucho escrito)
Antes de entrar en el tema, me gustaría comentar algo, y es a propósito de la correspondencia entre el lenguaje hablado y los símbolos que se utilizan para representarlo. En el caso de la mayoría de los idiomas occidentales, la escritura es casi fonética, es decir, se pretende identificar los signos ortográficos con los fonemas correspondientes (su sonido), aunque esto es algo muy difícil de conseguir. No obstante, especialmente con el castellano o el euskera, casi se ha conseguido (sobre todo, porque se puede decir que en ambos idiomas sólo hay cinco sonidos vocales diferentes). Sin embargo, los idiomas asiáticos, como el chino, el japonés o el coreano, ni lo pretenden siquiera. Dichos idiomas utilizan unos signos (creo que en torno a 5000 diferentes) para expresarse por escrito. De manera que un@ estudiante chin@, por ejemplo, debe conocer tal número de signos para expresarse correctamente. ¿Se imaginan?
Lo curioso es que los tres idiomas comparten los mismos signos, de manera que cualquiera de l@s nacionales de esos países puede, más o menos, entender el lenguaje escrito, aunque no puedan hablarlo (al menos, esto es lo que me dijo una simpática japonesa de Kioto)
¿Tendrá qué ver algo el empuje y dinamismo de los países asiáticos con el uso de la escritura de signos? Yo no puedo responder a eso, pero si puedo aportar un dato. Según el informe PISA, al que ya me referí en otro post, el país de la OCDE con mejores "notas" en lengua es, precisamente, Corea (por cierto, hoy tengo el informe PISA 2006, el último, referido a España). Puedo añadir que, por lo menos en Japón, se aprenden a la vez cuatro formas de escritura: la tradicional china (kanji), los silabarios hiragana y katakana más el alfabeto latino, romaji. Impresiona, ¿no?
Antes de que se apresuren a sacar conclusiones sobre el sistema educativo español, me gustaría que leyeran mi siguiente post (Ortografías (2))
¡Ah!, y no puedo terminar sin hacer mención a la caligrafía. Ciertamente, en los países orientales citados, es una forma de arte. Aquí lo empieza a ser bajo una forma insospechada, los grafitti...

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Degenerad@s

De cuando en cuando le dedico un tiempito al espinoso tema del sexismo en el lenguaje, con lo que supongo que más de uno entre ustedes habrá llegado a la conclusión, por anticipado, de que me sobra el tiempo. No les falta razón, pero seguro que les gustaría saber si es porque no tengo otra cosa que hacer o, sencillamente, porque me se organizar bien mi tiempo. No les sacaré de su duda.
El caso es que el español es un lenguaje sexista por naturaleza, si es que se puede decir algo así. De esa manera, cualquier intento de "degenerar", es decir, extraer la significación de género del lenguaje, supone degenerarlo, esta vez sí, en el sentido de hacerlo artificioso, oneroso, engorroso y demás plantígrados (por lo del oso, ya me entienden). Conviene decir que yo creo que estamos obligados a degenerar el lenguaje y alguna cosa se puede hacer.
Por ejemplo, en inglés no existe el género salvo en los pronombres personales de tercera persona de singular: She, He, Her, His. Así que, a pesar de todo, tienen un pequeño problema. Algunos lo solucionan de la siguiente manera: si el discurso del texto es lo suficientemente largo, se referirán a la tercera persona, alternativamente, como él o ella. En español, esto se podría hacer pero afectaría a algo más que esos pronombres. Así: "Los trabajadores de la empresa son su mayor activo: ellas son el principal recurso para asegurar su supervivencia, desarrollo y crecimiento". Reconozco que resulta chocante, pero no tanto como para que uno no pueda acostumbrarse a ello. Pero han de reconocer que suena mejor que lo de "los vascos y las vascas". Por cierto, en euskera tampoco tienen estos problemas.
Otra opción, que solo funciona con el lenguaje escrito, es el uso de la arroba: por ejemplo: l@s alumn@s. Yo suelo utilizarlo, y así lo haré a partir de ahora en este blog. Ya saben por qué.
Por supuesto, lo antedicho sólo afecta a una parte del lenguaje, pues hay otro tipo de sexismo que es más semántico que morfológico. Me refiero al uso de determinadas expresiones (¡hijos de puta!) que llevan implícita una carga de machismo incuestionable y para evitarlo no tengo otra propuesta que el fomento de las buenas prácticas en el lenguaje. Por ejemplo, si alguna actitud te parece lamentable, en vez de decir ¡qué putada!, se puede decir la igualmente castiza ¡vaya faena!.
En cualquier caso y ante la postura escéptica o directamente contraria a hacer cualquier modificación en el lenguaje, diré que somos lo que decimos y, de esta manera, el hacer un esfuerzo por suprimir el sexismo en el lenguaje acabará por tener mella en nuestros comportamientos.
(El tema da para mucho, por ejemplo una guía de lenguaje no sexista o un planteamiento genérico del tema)
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Sverige, varför inte?

El otro día estuve fantaseando con la posibilidad de irme una temporada a estudiar por ahí afuera. Así que me metí en una página que listaba las mejores universidades del mundo (por el curioso método de medir el número de referencias que aparecían en la web) y me puse a escoger. Por esa curiosa vía llegué a una de las universidades suecas y allí me enteré de algo increíble, sobre todo porque estas cosas no suelen salir publicadas: ¡la universidad en Suecia es gratis total! (Como prueba, ver la página web de la Universidad de Estocolmo )

Yo, como soy un curioso impenitente, versión no me creo lo que me cuentan, sino lo que experimento o, si prefieren, practico el pensamiento crítico, tomé nota del dato y lo sumé a otros que ya conocía sobre el país. Se puede decir de este país, por ejemplo, que es frío, lo que es una verdad objetiva, al menos en comparación con España. También, que en invierno el día dura muy poco, pues está muy al norte; o que en verano, por el contrario, se hace interminable. Más cosas: ahora que, gracias a Zapatero, se ha hecho popular el índice de desarrollo humano que publica la ONU, diré que Suecia es el número seis de la lista (España el 13, justo por detrás de EEUU y por delante de Italia o Reino Unido. Ver wikipedia). También se puede decir que su tasa de suicidios es más alta que la de España, (ver los datos de Suecia y España), pero, a la vez, que la tasa está descendiendo en Suecia, mientras que sube en nuestro país. Y, claro, la presión fiscal es mucho más alta en Suecia que en España (ver los datos de la OCDE), lo que explica, entre otras cosas, que la universidad pueda ser gratuita. Ahora que ya han pasado las elecciones, cabría preguntarse por qué en España se predican las rebajas fiscales cuando, según el cuadro anterior, la presión fiscal es una de las más bajas de la OCDE, es decir, de los países desarrollados. El dato es más elocuente, dado que, parece ser, la receta mágica consiste en poner más dinero en manos de los españoles, si observamos que la renta disponible de una familia española es, en porcentaje sobre la renta total, una de las más altas. Cualquier analista independiente podría deducir, creo que con razón, que los males de nuestra economía no vienen de la presión fiscal, pues ya vemos que es muy baja, sino, quizás, de que un español gasta mucho dinero de su bolsillo en pagar servicios que, o son más baratos en otros países o, directamente, se prestan gratuitamente. Por ejemplo, la vivienda. Quizás sorprenda comprobar como, en Suecia, Austria o Holanda, la mayoría de la población vive de alquiler y que, además, es el estado (ayuntamientos) quien provee el alojamiento y, que yo sepa, nadie teoriza sobre la bondad de que se elimine el alquiler y se promueva la compra. En España, justo al revés: por ejemplo, el programa del PP incluía aumentar la desgravación de la compra de vivienda al 30%, ahí es nada (y como si el común de los mortales pudier siquiera plantearse la compra de una vivienda...) Es decir: retraer recursos que son necesarios para, por ejemplo, mejorar la educación y, vía el contribuyente, entregárselos a los reyes del ladrillo (y, por qué ocultarlo, de la especulación y la corrupción). Ya concluyo, precipitadamente: yo creo que, por el bien de sus hijos, debiera pedir a la Lideresa que se dejara de escuelas bilingües y que instituyera cuanto antes la enseñanza del sueco como lengua vehicular... PD: por cierto, el título de mi blog significa, precisamente, "Suecia, ¿por qué no?", en sueco...